CIERRA
LA EMBLEMÁTICA OFICINA DE ACERA DE RECOLETOS DEL BBVA
…Corría
el año 1946
El próximo 14 de febrero el BBVA cerrará
su oficina de la Acera de Recoletos c/v a Miguel Íscar. Desde que en 1946
abriera sus puertas el Banco de Bilbao (BB), durante setenta y cuatro años ha
estado prestando servicio a la clientela. Permítaseme recordar que el Banco de
Bilbao se había creado en 1856. Un banco incluso con autorización para emisión
de moneda.
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| Emisión realizada por El Banco de Bilbao en 1857. |
Para la historia del BBVA, aquella
primera oficina BB en Valladolid ha sido sin duda una referencia, tanto por su
carácter de oficina pionera como por la ubicación.
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| Noticia publicada por El Norte de Castilla |
El 19 de septiembre de 1946 los tres
periódicos locales (El Norte de Astilla, Diario Regional y Libertad) dieron a
toda página la noticia de la inauguración de la oficina del Banco de Bilbao. Un
acto que fue acompañado de la solemnidad y parafernalia propia de la época:
imposible resumir la numerosísima concurrencia de autoridades civiles,
religiosas, militares y empresariales.
Aquello fue una gran novedad pero lo
cierto es que los principales bancos
españoles y varias cajas de ahorro ya operaban en la ciudad y parte de la
provincia: en las dos Medinas, Peñafiel, Nava del Rey y Olmedo.
En concreto, hablamos del Banco
Castellano, que terminaría por ser absorbido por el BB; y de los bancos Hispano
Americano, Español de Crédito, Central, de
uno que obedecía al nombre de Banco de la Propiedad, y de otro que tenía por
nombre societario Banca de Medina Clemente Fernández S.A, Todos ellos ya llevaban un tiempo instalados
en la ciudad. Amén de las Cajas, Postal de Ahorros, Monte de Piedad de
Salamanca, y la Provincial.
Fue el BB, por tanto, el último de
los grandes bancos españoles de la época, que abrió oficina en Valladolid. No
obstante, llegaría a alcanzar grandes cotas de mercado gracias a la absorción
que realizó del emblemático Banco Castellano, creado en 1900 con sede central
en la calle Duque de la Victoria, 12.
Una absorción cuyo proceso se fue
fraguando mucho antes de que el BB se instalara en Valladolid, acaso por ello
no tuvo mucha prisa en poner su señal corporativa en la ciudad. Aquella
ausencia de premura seguramente vino porque en 1930 (dieciséis años antes de
habilitar la oficina de la acera Recoletos -en aquella época Avenida del
General Franco-), el BB había adquirido el 25 % de las acciones del Castellano.
Aquel fue un proceso lento pero imparable que terminó por hacerse con la
propiedad: en 1950 detentaba el 35%, en 1966
el 44 % y, finalmente, en 1970 se queda con la totalidad del Castellano y todos
sus sucursales.
La fortaleza del Banco Castellano
venía de que hasta el año 1922 no se instaló en Valladolid ningún otro banco,
con lo cual operó durante un puñado de años
con enorme ventaja en ausencia de competidores, de tal manera que
incluso llegó a ser el principal banco de toda aquella Castilla la Vieja.
¿Cómo
era el Valladolid de 1946?
Recorramos algunos meses anteriores y
otros posteriores a aquel septiembre de 1946 para ver con mayor detalle aquel Valladolid
de posguerra, indicando algunas curiosidades.
El 5 de enero de 1945 una intensa
nevada, y posterior helada, había paralizado la ciudad y congelado el río
Pisuerga.
Miguel Delibes fue nombrado
catedrático de la Escuela de Comercio… y sigue el 45: está en sus inicios la
ingente tarea de construir viviendas públicas promovidas por la Organización Sindical
y el Ministerio de la Vivienda para paliar el enorme déficit de vivienda que
tenía Valladolid.
El mismo mes que se inauguraba la
primera oficina del Banco Bilbao, en las Ferias de Valladolid recorrieron por
primera vez las calles de la ciudad el Tío Tragaldabas y los gigantes y
cabezudos, desde entonces tan típicos de las fiestas vallisoletanas…y apenas un
mes después comienza a funcionar el nuevo servicio de autobuses urbanos.
En
la Casa de Mantilla, lo mejorcito de Valladolid
Supongo que no sería casual que el BB
abriera aquella primera oficina en lugar tan emblemático como aquel. La esquina de la avenida del General Franco
con calle Miguel Íscar, era un lugar muy céntrico y prestigiado de Valladolid,
no en vano, además, la casa de
Mantilla (inaugurada el 31 de diciembre
de 1892) era una de las más admiradas por la sociedad vallisoletana. Se trataba
del epicentro del Valladolid burgués que se fue consolidando entre finales del
siglo XIX y principios del XX: calles como Miguel Íscar, Muro, Gamazo,
Colmenares, etc. estaban habitadas básicamente por la clase media alta. A ello hay que sumar el eje urbano más transitado de todo Valladolid: el formado
por la plaza Mayor, calle Santiago, Acera de Recoletos, y la Estación de Norte (no olvidemos el
importante movimiento de personas que entonces generaba el ferrocarril). Y a todo este entorno hay que añadir el Campo
Grande, como el lugar de recreo y paseo más concurrido de aquel Valladolid de
mitad de siglo.
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| Casa de Mantilla y Acera del General Franco hacia 1960. Fotografía tomada del Archivo Municial de Valladolid (AMVA). |
En definitiva, aquella esquina era,
con total seguridad, el mejor escaparate que cualquier empresa desearía tener
en Valladolid.
Según diversas opiniones, la
actividad del banco estaba muy orientada hacia el negocio industrial y
comercial, y se consideraba puntero entre un buen puñado de familias destacadas
en ambos sectores.
La oficina ha tenido varias reformas,
a lo largo de su existencia, especialmente en lo que tiene que ver con su
organización interior de cajas y despachos, pero nos quedaremos con las dos
primeras.
En febrero de 1946 D. Manuel de
Basterrechea e Ichaso, en representación del Banco de Bilbao solicita licencia
de obra en los locales que el banco había arrendo a las dos hermanas
propietarias de la Casa de Mantilla (hijas del industrial que mandó construir
el edificio). Los planos estaban firmados por el arquitecto Ricardo Bastida
(que tenía una especial dedicación a las obras del banco en toda España) y la
dirección de obra la llevó el arquitecto Manuel López Fernández con el
aparejador Carlos Turiño, ambos de Valladolid.
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| En 1946 la entrada se hacía por la avenida del General Franco y el despacho de Dirección se ubicó en la rotonda de la esquina. (AMVA). |
De cómo quedó organizada la oficina
destaca el que la entrada se hacía por una puerta que daba a la Avenida del
General Franco. Se accedía a la sala de operaciones con las mesas de atención
al público a mano izquierda, tres
puestos de caja al fondo, los servicios de calefacción (carbonería), aseos y vestuario a mano derecha. El despacho
de Dirección se ubicaba en la rotonda que forma la esquina de ambas calles.
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| En las rejas de las ventanas se puso el logo BB tan característico de aquella época. (AMVA) |
La licencia municipal de apertura,
una vez concluidas las obras, la solicita Agustín Quintanilla Mújica en calidad
de director de “la sucursal del Banco Bilbao de esta plaza”. Y como siempre, no
se esperó a que se aprobara la misma (4
de octubre) para inaugurar la sucursal, pues como ya se ha dicho, se llevó a
efecto el 19 de septiembre anterior. Pero, es más, es que la solicitud en
realidad no la tramitó el banco hasta ocho días después de inaugurado.
En 1950 se solicita licencia de
reforma que modificó sustancialmente la anterior organización: la puerta de
acceso se abrió precisamente por la esquina, la Dirección se desplazó a un
amplio despacho colindante con la antigua puerta de acceso, y se habilitaron despachos más
especializados, como por ejemplo bolsa, informes, cartera, etc. que no
figuraban en la obra primigenia. El director
de la oficina seguía siendo Agustín Quintanilla.
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| Reforma de 1950, la entrada se desplazó a la esquina con Miguel Íscar. |
Caridad,
fútbol, Holanda y quinielas
Pronto el banco quiso imbricarse en
la vida social vallisoletana y para ello no dudó en participar en las más
variopintas actividades. Comenzó con buen pie, pues la prensa se hizo eco de
que al día siguiente de la inauguración de la oficina, el banco hizo un
donativo para los pobres “con motivo de su inauguración”.
El 29 de enero de 1950, El Norte de Castilla
da cuenta de los modestos partidos de fútbol aficionado que se jugaron ese fin
de semana. Entre ellos estaban los míticos Europa-Delicias y el Arces, pero
también participaban los equipos de los bancos Central, Santander, Hispano
Americano, Español de Crédito y Bilbao. Ocurrió que en los partidos del 28 de
enero del citado año, los equipos del Central y el Santander (ganó el primero
por 2-1) se encontraron sin árbitro, por lo que entre quienes por allí andaban,
ambos equipos acordaron que les arbitrara Maroto, un jugador del Bilbao, y
según la prensa “a entera satisfacción” de ambos equipos. Por cierto el BB
también tenía un equipo de baloncesto.

Corría el mes de febrero de 1953 y
los empleados del banco hicieron una colecta para que el Secretariado Diocesano
de Caridad hiciera llegar 250 pesetas a los damnificados por el terrible
temporal que asoló a Europa Occidental, que produjo la rotura de los diques de
Holanda y Bélgica, causando grandes destrozos entre la población y la flota
pesquera. En concreto se estima que la mortandad “se elevaba a 831 personas,
400 de ellas en Holanda”. No obstante las aguas seguían anegando docenas de
pueblos y ya se hablaba de 600 muertos
en Holanda. En el invierno de 1959 el banco aportó 1.000 pesetas a la Campaña
de Navidad y Vivienda (así se llamó) promovida por la Obra Social de la
Falange.
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| La plantilla, hacia 1960, celebrando la festividad de San Carlos Borromeo en el Hostal Florida |
Pero, sin duda, el acontecimiento que
dio al banco una increíble proyección publicitaria fue la quiniela que Gabino
Moral Sanz depósito en el BB de Recoletos. Una quiniela con 14 aciertos
obtenidos por la casualidad de los dados. Aquel joven agricultor de Valbuena de
Duero ganó el 4 de febrero de 1968 la estratosférica cantidad de 30.207.774
pesetas: una verdadera fortuna para su época (hoy actualizándolos al IPC desde
la fecha serían 4.263.817,00 €). Fue el mayor premio que jamás se había ganado
en la Quiniela ni en ningún otro sorteo en España. Por cierto, el Valladolid
perdió ante el Badajoz, en tierras extremeñas.
¡La
primera sucursal!
Hasta que en 1970 el BB terminara por
hacerse con la totalidad del Castellano y trasladara su oficina principal a la
que ocupaba dicho banco, es decir Duque de la Victoria 12, y se hiciera con una
extensa red de oficinas, el BB abrió una
primera sucursal, cuya existencia prácticamente está perdida en la memoria.
Aquello se produjo en octubre de 1960, habilitando un pequeño local en la plaza
del Ochavo esquina con calle Lonja: una oficina de 84 m2 en planta y 56,50 m2
de sótano. Entonces, el director del banco en Valladolid era Francisco Urquijo
de la Puente.
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| Anuncio de El Norte de Castilla publicado el 18 de junio de 1960. |
Al menos hasta que absorbe el
Castellano, el BB abrió otras dos oficinas: en 1963 en la plaza Cruz Verde, y
en 1970 en la plaza Circular esquina con calle Cervantes.
…
Y nos trasladamos a Duque de la Victoria
En abril de 1970 la prensa local ya
daba por hecho la inminente integración del Banco Castellano en el Grupo
Bancobao. Aquel paso que ya venía más que anunciado tanto por el proceso de
adquisición de acciones del Castellano por el Bilbao, como por diversas
inserciones en prensa mediante anuncios en los que ambas entidades, por
ejemplo, conjuntamente felicitaban la Navidad.
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| El Norte de Castilla, 29 de abril de 1970 |
La entidad había dado instrucciones a
todos sus gestores y apoderados para que compraran por todos los medios
posibles las acciones que aún quedaban en manos de accionistas del Castellano…
y consiguió su objetivo.
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| Anuncio publicitario de julio de 1970. |
Como mera curiosidad, el 23 de abril
de 1970, el Ayuntamiento de Valladolid colocaba una placa en la fachada del
Bilbao recordando que allí, antes que el edificio de Mantilla, estuvo el
hospital de la Resurrección, citado por Cervantes en sus novelas “El casamiento
engañoso” y “El coloquio de los perros”. Se conmemoraba el 354 aniversario del
fallecimiento del ilustre escritor.
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| Placa que colocó el Ayuntamiento con motivo del 354 aniversario del fallecimiento de Miguel de Cervantes. |
Y en este punto concluye la historia
particular de aquella emblemática oficina “principal” del Banco de Bilbao, para
pasar a formar parte, como otra sucursal más de la amplia red que aportó la
absorción del Castellano: la Dirección provincial del Bilbao se trasladó a las
nobles dependencias del antiguo palacio de D. Antonio Ortíz Vega (banquero y
hombre de negocios) en la calle Duque de la Victoria 12, que sin que se conozca
con exactitud su fecha de construcción, desde 1900 era la sede principal del
Banco Castellano.
Valladolid, febrero de
2020